A trece pajas del Cielo

 

Estaba en mi habitación jalándomela tripa, por una de tantas hermosas mujeres hijas o no de la cirugía plática, de esas con que tan solo verlas, el pene se torna duro cual martillo. Tenía el venoso entre mis manos, la cabeza a punto de estallar y doce pajazos de los buenos encima, cuando culminé el pajazo treceavo una extraña debilidad invadió mi cuerpo por completo. Empezaron a aparecer unas figuras multicolores; círculos, triángulos, cuadrados, elipses, fractales, entre otros. Todo era confusión, pero luego  empezó a mejorar, desde el centro de mi visón todo clareaba, hasta que me vi en un lugar muy curioso, tenía un algo de debilidad, pero ya podía tenerme en pie, así que decidí tomar un paseo por el  lugar. Veía: Flores y campos desérticos alternados con ricos oasis, había muchísima gente de rostros pacientes y con miradas de cordero; habían hombres alados que iban y venían con o sin liras y/o arpas. Los niños juguetiaban con panteras, leones, tigres, y demás bestias salvajes; salía aguas de las piedras* y caían una especie de pelusas o pétalos blancos y otros un poco amarillos; mana creo que le llamaban, estaban vestidos de una limpieza impecable pero con austeridad.

 

Estaba casi maravillado con esto cuando se acerca a mí un sujeto de mirada pacifica; como uno de esos lagos que solo están en la imaginación de esos irremediables románticos; con un sotana blanca sumamente límpida y una manto. -¿Cómo estás me dijo? Yo le dije creo saber quién eres - ¿No eres acaso el hijo del Dios de los pobres? – Bueno, yo diría de los bienaventurados, pero sí, soy tal; me respondió. – Entonces dicen que lo sabes todo ¿Es cierto? – Si, me dió por respuesta con un gesto de placidez que no puedo plasmar en letras, entonces le dije: No preguntés necedades y guardó silencio.

 

En ese instante pasó un grupo de angelitas muy bellas, les vi la colita y los senos. Le hice un gesto al sarco indicándoselas. – Criaturas del Señor- me dijo- muy calmado. En mi papel de galán me acerqué al grupo y les dije: ¿De dónde salieron estos angelitos? Y les toque la cola, entonces se ruborizaron un poco  y con una sonrisa me dijeron: - Paseamos por aquí. ¿Cómo es? ¿Pegan para una orgía? – Les dije-. ¡No! Me dijeron, no digo que pusieron el grito en el cielo porque estábamos allá. –Eso es pecado –Continuaron- ¡Ooojojo! – Exclamé-. Está bien, - ¿Tú qué dices? Dirigiéndome a la que tenía mejor cola. – No hasta el matrimonio – Me dijo-. La tomé por la mano y a “solas” le dije: - Nadie se va a enterar, vamos allí atrasito. Miró donde estaba Chucho y me dijo en un tono dulce: - Está en todas partes, haciendo una graciosa mueca con sus rosados y graciosos labios. - Ummmju, será después, repliqué. – Como quieras me respondió amorosamente y se fue volando.

 

Regresé donde estaba sentado  el Nazareno** y entonces una imagen me llamó la atención. Mi lengua no dudo un instante en cuadrarse para emitir claramente: Sarco esos ángeles negros me caen mucho en gracia (viendo lo que yo llamaría una bandada de ángeles). Entonces como adivinando mi pensamiento uno de ellos me dijo: - No se me sorprenda, yo solo vengo po´el pescaro ´orao. El ángel melaninoso sacó de un pequeño charco un gran pez dorado del que sacó una jarra con vino y unos panes que le repartió al resto de los ángeles (todo un milagro).

 

Miré hacia donde estaban las angelitas y le pregunte a Jesús - ¿Sera que las angelitas negras tienen más cola? Entonces, para sorpresa mía y desmintiendo a Juan Crisostomo*** Jesús se echó una carcajada y yo tampoco pude contener la risa. Noté que la mirada de Chuchito lindo (como le decía el peluquero marica de la esquina) se fijaba en un punto. Venía a un pasado muy calmado una mujer mansa y de semblante decaído y le dijo: - Madre, mira quién anda por acá. Entonces viéndome dijo en un tono de reproche pero con una dulzura de esa que solo las madres pueden tener: - Mijo, en mi parto no estaba Batman, ni el Hombre Increíble, ni Superman*****. Yo en un tono algo burlesco le dije: - Tiene usted señora un exquisito gusto en cuanto a literatura se refiere. Ella me hizo me venía, dibujo una pequeña sonrisa en sus labios y me dijo: - Lo leo cada que puedo. Por ahora me es indispensable ir a rezar por los pecadores ahora y en la hora de su muerte****. Contesté su venia y me senté.

 

¡Ehhh, sarco! ¿Ese es el que hacía ver ciegos, hablar mudos, saltar a los tullidos, entre otras maravillas con tan solo tocarla?****** - Señalando su manto. – Si le eché una lavadita por eso está tan reluciente. .- ¡Ah carajo! –Le dije- ¿Si toco la prenda me quitás el acné? – No, me dijo. – Cada imperfección es una marca que indica que has deseado a la mujer del prójimo. – Ummmm, esto está como aburrido Jesús, creo que me iré – No tan a prisa, me dijo – Quédate te invito a comernos un sancochito milagroso. –¿De marrano? –Interrumpí- No, es pecado, recuerda los levíticos*****. Entonces, me eché a reír y le dije bueno, más bien decíme que haces para tenerlas a todas arrodilladas. – Eso es un misterio Santo, me respondió mientras se alegra su semblante… - ¿Cuánto te mide? -Pregunté- ¿Para que deseas saberlo? Contra preguntó. -  Es que lo tengo pequeño, tengo complejo de asiático – Le respondí-. Ah, no se preocupe por eso, el mío apenas mide… Me decía en un tono ungido de gracia infinita; cuando me vi de nuevo en mi habitación.

 

 

Su Bajeza

 

*Éxodo 17:1-7

 

** Aquí el término no hace referencia al Jesús penitente que lleva su putrefacción al Gólgota, para deleite del pueblo romano, pero el autor le da un giro al uso del término, para referirse a Chuchito como natural de Nazaret de forma peyorativa, grotesca y rastrea. (Del análisis literario de Nausea Dvida para la Vagancia Exquisita).

 

*** Discusión licites de la risa, El nombre de la rosa Umberto Eco.

 

**** El autor hace referencia a una de las oraciones con más flow dentro de la iglesia católica: "Ave María"

 

***** El autor hace referencia a Pariendo un Dios, donde da cuenta del nacimiento del Salvador.

 

****** Evangelio según San Mateo

 

******* Levítico 11:7