Roberto

 

Roberto se ve muy contento, los penes alados están en todas las direcciones. Roberto gira sobre si dando saltos como una rana alegre, como mariposa en primavera. Roberto los sigue con la mirada sin recato y trata de atrapar uno, falla, trata de atrapar otro, falla. Se van apenas trata de atraparlos… - ¿Pero por qué? Se pregunta Roberto ¿Por qué se van? Se dirige hacia unas flores con forma de Vagina, hermosas multicolores y se percata allí de que los penes multicolores abrevan en las vaginas, miles de vaginas dispuestas como flores en la primavera genital. Ante la dificultad para atraparlos, Roberto dice: - Ahora veo porque vale más pájaro en mano que cien volando.

 

Roberto ve una figurilla, un angelito con los ojos vendados y un arco en forma de corazón lanzando penes, entonces sin dudarlo un instante se baja los pantalones y le dice: - Cupido fléchame. Esta criatura templa el arco, apunta y le lanza pero como tiene los ojos vendados siempre da en el corazón entonces maldice su ineptitud.

 

¡Un golpe de suerte! Roberto un pene pequeño entre sus manos, ya entre estas Roberto empieza a jugar con él lo siente duro y cree que es muy hermoso, se lo lleva a los labios y lo saborea largo rato, pero al salir de su boca nota que ya está muerto. Entonces se pone algo compungido, en ese preciso momento empieza a caer vello púbico por todas partes, es toda una lluvia de vello púbico, este empieza a inundar todo el paisaje de un tono negro hasta cubrirlo todo, dejando a Roberto en oscuras. Roberto algo asustado, empieza a caminar, luego a correr y cae a otro nivel, es otro paisaje, Roberto ve miles de senos, los toca y solo se le ocurre tratar de ponérselos pero cada vez que lo acerca a su pecho, un seno caído del cielo lo impide, él lo intenta muchas veces, tantas que todo el paisaje empieza a llenarse de senos: Grandes, pequeños, medianos, de todos los colores. El paisaje se llena tanto de senos que el suelo sobre el que esta Roberto se desploma y va a caer a otro nivel.

 

Ahora en el paisaje solo hay vaginas, vaginas con dientes, Roberto las ve y cierto terror lo invade, empieza a correr y ellas corren tras él. Roberto llega buscando resguardo a un monte de bello puvico, al monte venusino. Pero aun allí, las pequeñas vaginas los siguen con fiereza, abrumado corre hacia la cima más cercana; el gran falo. El escala el gigantesco pene desesperado hasta que llega a la rosada cumbre y esta hace erupción. La explosión de este blanquecino líquido le hace caer entre las cordilleras nalgares un valle desprovisto de la seguridad que le provee una cueva o un tupido monte, por ello se sentía muy expuesto. Entonces llego a una zona llena de repliegues y por instinto solo dio un beso a la superficie, y esta se abrió cayendo así a otro nivel. Cayo Roberto a un sitio oscuro invadido de un incontenible olor a heces y se dijo así mismo: - Se en donde estoy, estoy en el valle de la mierda, escalo como por un cañón repleto de excremento y empezó a hacerle cosquillitas a la cumbre, entonces se empezó escuchar una sonrisa, luego una luz y al salir, un estruendoso pedo que lo regreso a la realidad…

 

Roberto. ¿Aceptas a Diana. como tu esposa? ¿Prometes serle fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, amarla y respetarla todos los días de tu vida?...

 

Análisis Psicológico

 

En un comienzo el autor muestra la gran tendencia homosexual del protagonista del cuento, que no es otra cosa que una proyección de su homosexualidad, perfil que no es único y que se ha observado en otras genialidades de la talla de: Platón, Jesucristo, Calígula, Davinci,  Wilde,  Almodóvar, Jorge Isaacs, Hitler,  Hopkins, Fernando Vallejo, entre otros. En aquel pasaje en que el protagonista maldice a cupido, se da una clara muestra de su insatisfacción en el campo del amor.

 

Lo que hace que empiece la lluvia no es otra cosa que la culpa pero esta culpa es una proyección del concepto de pecado en su inconsciente por eso se oscurece su entorno.  

 

En el segundo nivel el autor muestra toda su frustración, los golpes que tiene y que le hacen irrealizable sus deseos. Los senos se convierten en razones aplastantes.

 

En el tercer nivel en que la vagina se convierte en una amenaza, ve a la mujer como un “objeto”, un “algo”, peligroso. Haciéndose aquí muy notorio que el autor no tiene una muy buena relación con estas.

 

 

El gran falo a donde corre a resguardarse no es más que una pizca de seguridad que le brinda su condición fisiológica de hombre.

 

 

En el último nivel vemos que muestra su ano como algo vulnerable y con una ambivalencia en el estímulo por esto las risas, los besos, el olor a excremento, la oscuridad., entro otras maricaditas que no quise analizar.

 

 

Su Bajeza