Nalgas acuchilldas por mi pata e cabra (Prueba de Amor)

 

 

La sangre que goteaba de la muñeca de un Emo, enriquecía al Dios de infinitos ojos e infinitas manos. El viento de agosto llevaba en su boca un delicioso hedor…  El hedor femenino de la crueldad y la matanza, perfumado con leche y miel.

 

La roca giraba a su destrucción en dos actos, por esto esa Gea, decrepita anciana,  se cree que es la vaca que más caga, en toda la vía láctea…  (Matando también se resuelven conflictos).

 

La megalomanía, mi pequeña locura, conseguía hacerse a un mesías  que no se sigue ni a sí mismo, irrumpía como forajida  para contar una historia que solo tiene inicio (No alcanzó el presupuesto ni para las perdices,  ni mucho menos para el cielo adornado con prepagos o miles de virgos).

 

El repudio le pasaba cuenta de cobro  a los que tienen dignidad;  el cuerpo de una moral, reciclada,  era descuartizada y arrojada a un cañal. (Ella mojadita recibía corazones de piedra).

 

Con el  narciso Sol, reflejado en tu cara perdí mis acciones en la bolsa de valores del exterminio; el asesinato se cotiza a la baja,  desvalorado acto e insípido, que lo comete en una mañana un niño, solo para alcanzar los objetivos en su proyecto de vida.

 

Tu tensión superficial me hizo acordar de Sophia, tan generosa en carnes en otros tiempos ahora se arrastra, limosneando en el banquete de los modernos.

 

Me veo a mi mismo, hablando con paredes sin oídos, sobre el  amor al prójimo: (en el piso de arriba todos los días pichan, les regalaré aceite para su catre) y pienso, pero no existo:

 

Amar al prójimo es lo más exquisitamente hipócrita ¿Por qué debo amar a alguien que está al otro lado del mundo? Se preguntan los eruditos. A mi no me preguntaron, pero yo como buen metido en cosas que a nadie le importa, y  como dice mi sagaz hermana: - "Mas metido que los pelos del culo", le digo a los eruditos, que entre otras cosas, se las pican de rebeldes: No busquen porqués en donde es más que evidente, que no los hay (hasta Hobbes sabía que somos lobitos), lo que hay es un paraqué, Si, ese señores! El liberalismo necesita de una moral en donde sentarse y cagar, una moral con ojos de topo, para no ver que vive como una rata, entre el más variado estiércol.

 

… En esta arenas fangosas me sumerjo, miro a aquellos, que lleva con orgullo los estigmas del Nazareno, y  se refugian en la tristeza como un gamín bajo cartones en una noche de frio; danzan como pesados elefantes sobre una telaraña, esperando caer y así encontrar consuelo, Solo tienen vida cuando saltan en la lengua del bullicio; su éxtasis es un gran éxtasis, de la altura de una montaña de naipes que encuentra su máximo clima en  los brazos de las mujeres que truenan y luego llueven.

 

Me acusa entonces, de lo que me acusan: Que soy dual, yo solo puede decir en mi favor o en mí más seguro descredito, que tengo una dualidad tan doble,  una dualidad doblehijueputa, a veces reversible ¿Y cómo no voy tenerla? En estos días donde todo es de a dos, y todo está debidamente organizado como ese montón de creencias a las que le dicen conocimiento, así que la bipolaridad, encaja perfectamente con estos tiempos, es decir está a la moda,  y hace juego con la doble moral y a su vez, está  hace juego con la doble penetración. También están los bípedos,  los bípedos que se creen de estrato ocho, se mira al espejo y les da oso, hacen burradas sin ser burros, materias primas en la sociedad de consumo a su vez consumidos, y aún así niegan que sean micos enrazados en cordero.

 

¡Ah! Pero ya no estás tensa, y en todo por lo que he discurrido se debe quizá a cierta picazón en las güevas, te amo, te amo cariño, y recuerda, recuerda, que en la nariz de mi corazón eres el moco que obstruye mi respiración; después de todo y en medio de tanta palabrería, me has entregado una gran prueba de amor, dejarte acuchillar el culo con mi pata e cabra.

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