MAYA

 

Fecha: Mayo de un año en el que la hipocresía se volvió una virtud llamada tolerancia.

 

La llamas arden sobre mi piel, pronto no sentiré nada y me haré ceniza libre que corre sobre el lomo del viento junto con el olor a mis huesos quemados, Ningún pensamiento lejano viene a mi mente, salvo este, que es ahogado por mis gritos que despertarían a la Bella Durmiente sin que toque sus malalientosos labios. .Solo puedo ver una mano servil avivando el fuego con todos los cheques que le gire a la felicidad, Me quemo pero por fin siento que arde mi Vida y que he sido bendecido por el Dios de lo efímero con sus dedos achicharradores,

 

Tuve el mismo sueño tres noches consecutivas. A la tercera noche pude ver mientras ardía algo que me causó mucho impacto, en frente mío estaba yo riendo como burlándome de verme en llamas. La verdad no se si se trataba de un sueño pero esa visión siempre llegaba a altas horas de la madrugada cuando los gatos no hacían más que maullar asquerosamente sobre los tejados emitiendo un sonido muy similar al de los recién nacidos, Pero no le preste mayor atención, me interesaba más ir a ver que había de nuevo en el Templo Sabatino de la lujuria.

 

Son las seis de la tarde dejo la cama, enciendo el televisor, hay un hombre que ofrece resolver tres preguntas para salvar al mundo de un racionamiento de inteligencia si le consignan dos millones en su cuenta.” -¡Oferta especial! Respondo a: ¿Qué es Ser? ¿Qué es lo que hay? ¿Por qué hay cosas y no más bien nada? y reciba completamente gratis una lectura del horóscopo chino”.

 

Me vi tentado a llamar pero no tenía dos millones,  tenía solo para lo del licor y alguna buena puta que se quisiera ganar mis billetes, cambié de canal mejor a Los Simsomps y lo deje así mientras me lavaba la cara que parecía escurrírseme junto con el agua.

 

Salí de la casa y emprendí rumbo al Templo De La Lujuria Sabatina, entré como la vez pasada por la portería, como una mercancía examinada en la banda de montaje por un obrero. El sitio ya me parecía familiar, podía reconocer a algunas caras de las mujeres que estaban allí.  Mi entrada coincidió con el inicio de una canción de salsa que hizo que los presentes se levantaran a azotar las mugrientas baldosas y a sobar hebillas marca pichanga. Esta vez me quede caminando por en medio de las mesas explorando los culos, las tetas, las piernas, las caras, las risas, los ojos, el pelo, la forma de beber, la ropa de las putitas que me llamaban la atención. Había unas sentadas en grupo en una parte muy oscura, sin luz; le pregunte a una de ellas:

 

-       ¿Y ustedes por que se hacen en la oscuridad así nadie las va a mirar?

-       ¡Es que nosotros no somos para cualquiera, jajajajajaj!

-       ¿Para quienes son ustedes? ¿Para los que tiene más dinero?

-       Somos para los que no les han robado

-       ¿No les han robado qué? Porque a mí me han robado hasta la costra que tengo en las pelotas.

-       ¿Está usted seguro que le han robado?

-       ¡Si claro! Nada más la vez pasada que estuve aquí me robaron, ¡dos mil! Por un cerveza cuasi al clima.

-       Señor Gaitán ¿Ha estado una y otra bajo las estrellas y ha descubierto que brillan unas otras de forma diferente y que el firmamento no es siempre el mismo?

-       No miro mucho las estrellas, no me gusta mirar muertos pero eso mismo que usted dice con las estrellas, me pasa con las mujeres por ejemplo: Cada vez que las contemplo desnudas me quedo mudo, puedo mirar su resplandor en su desnudez siempre encuentro cosas nuevas, formas nuevas.

-       ¡Entonces usted es un afortunado señor Gaitán no le han robado del todo!

-       Jajajajajjajaj es posible. ¿Cómo sabe mi nombre? ¿No me diga ya tengo fama en este lugar? Más bien camine y hagámonos en la luz que no me gusta hablar sin mirar a la cara.

-       ¡Muchas preguntas! Como se nota que no lo han robado. Voy a la luz si me invita a beber ron.

-       Considero que el precio por el ron aquí es un robo pero de nuevo me dejaré robar solo por el propósito de tenerla a mi  esta noche a mi lado.

 

Avanzamos hacia las mesas y al salir de la luz me di cuenta que estaba hablando con ella, con Abril. - ¡Ah! Con que era usted. Eso responde en parte mis preguntas. No pensé que recodara mi nombre., - Yo no creí que recordaras el mío. – En ese caso, esto desvirtuaría  eso que estamos hechos de olvido y más bien si que estamos hechos de memoria o al menos que descansamos en ella como si esta fuera la cama en la que nos revolcamos la vez pasada.

 

-       ¿Cómo olvidar su nombre? Un nombre de Caudillo de héroe,

-       Es cierto, jajajajajaj, bueno solo que yo no soy un Caudillo que le interese el pueblo, mi heroísmo está en salvarme a mí mismo no a otros.

-       Das miedo

-       Si me vieras cagando en verdad te horrorizarías

-       ¡Tan cochino!

-       ‘La verdad suele ser grotesca y sucia.

 

Continuamos bebiendo, hablando y riendo como un par de buenos amigos, pero la notaba algo intranquila. Se paró del asiento donde estaba y se sentó en mis piernas, debo admitir que me sentí algo sorprendido, pero pasó pronto cuando ella empezó a hablarme en el oído, así que le agarre la nalga desnuda, que parecía estar esperando mi mano.

 

-       ¡Jorge Eliecer vamos a bailar! Y jalándome del brazo la seguí hasta la pista de baile donde además de mis manos, las luces de un strober manoseaban su cuerpo trabajador.

-        

-No sé bailar, no me haga esto

-Yo le enseño

 

Sonaba un merengue por suerte, así que más o menos me pude defender. Bailamos muy pegados, ella me sobaba cuca calientica en una de mis piernas, siendo esta una forma para que yo degustara la mercancía. Debo reconocer que esa degustación tuvo efecto en este cliente, pues mi Verga, que no dude en sobársela a ella a la altura del ombligo se puso rígida pero activa.

 

-       No, que no sabía bailar

-       Es usted una gran maestra

-       ¿Cómo?

-       ¡Que me chupe la Verga!

-       ¿Ya se puso caliente?

-       Claro, prácticamente estamos pichando aquí parados.

-       ¡No señor! Estamos bailando

 

El maldito merengue parecía no tener fin. Baje mis manos de su cintura y la puse en las nalgas, se sentían tan tersas, las apreté duro para asegurarme que no se fueran a salir de mis manos.

 

-       Bueno, vámonos a pichar ahora sí.

-       Esto ya lo van a cerrar, le tocaría que quedarse conmigo aquí.

-       No, yo no vuelvo a pichar en esas piezas tan feas.

-       ¿Entonces a donde me va invitar el señor?

-       Pues a un potrero muy acogedor que conozco

-       ¡No! ¡Que le pasa!

-       Vamos a esos pichaderos con televisión y espejos para verse el culo.

-       ¿A un motel?

-       Si

-       Entonces espéreme voy por mis cosas, espéreme afuera.

 

-       Me dirigí a la salida que estaba tumultuosa. Al frente había una camioneta blanca grande de cuatro puertas, en la que un par de tipos salieron con un par de damas. Otro tipo, pasó tambaleándose a mi lado, se tropezó con mi hombro y cayó al piso. Al verse en el suelo, se puso de pie de inmediato y soltó un insulto, no tan insulto:

 

-       ¡Que te pasa malparido!

 

-       ¿Cómo supiste que nací por cesárea?

 

-       ¡Que va Gonorrea te voy a quemar!

 

-       ¿Con que candela?

 

-       Muy chistosito pues marica

 

-       Chistoso usted que se tira al suelo para hacerme reír

 

-       ¡Te voy a dar bala!

 

El hombre se fue dándome un rosario de madrazos hasta donde estaba paraquedero un automóvil noventero, blanco y con horrendas aerografías de serpientes color negro en las puertas y el capó. No podía abrir las puertas del carro, se le caían al suelo y maldecía.

Entre tanto, Abril salió del Templo, tenía un vestido azul-verde marino, ceñido al cuerpo que le llegaban hasta los tobillos y dejaba al descubierto sus hombros, estaba estampado con tentáculos de pulpo que salían del parte inferior del vestido y de la zona del pecho.

 

-       ¿Y se puso así de bella para mí?

-       No sea iluso señor Gaitán

-       Estoy así de bella para mí, usted no tiene que ver en este asunto

-       Se equivoca, yo le quitaré ese vestido con todo: Mar y pulpos

-       Entonces vámonos de aquí.

 

Un taxi pasó lento por la calle, lo detuve, Abrí la puerta de atrás para que se subiera Abril, ella se subió dando tumbos. En el momento que me iba a subir sentí un empujón, caí en las piernas de Abril me di la vuelta y era el borracho.

 

-       ¿Otra vez usted? ¿Vino a quemarme?

-       Si, te voy a dar bala

-       Bueno por suerte no soy cristiano

-       ¡Te voy a dar bala!

 

El hombre estaba histérico. La poca gente que había en la calle ya estaba armando ruedo, salí del taxi y empuje al tipo con todas mis fuerzas, fue a dar contra una de las motos que aún estaban parqueadas allí. ¡Yo le dije que no era cristiano, no pongo, ni la otra mejilla, ni tampoco la espalda! Me subí al taxi y le dije al taxista: - Lléveme a un pichadero, - ¿A un motel? -¡Si!

 

El altercado con el borracho no había, bajado mi calentura así que empecé a tocarle la pierna a Abril; busque su boca para darle un beso, ella lo esquivó:

 

¿Me va a negar un beso? No joda

-       Los besos son para el novio además, ¿No le da asco, todas las Vergas que he chupado?

-       ¿Usted tiene novio?

-       No

-       Entonces ya tiene uno, al menos por esta noche, y sobre el asunto de las Vergas pues esta noche solo ha estado conmigo, igual si me pusiera pensar en eso, no besaría a ninguna mujer.

-       Usted es muy acomodado.

 

Puse mis labios sobre los de ella, y le mande una mano a las tetas. Empezó a besarme en la parte posterior del cuello y yo bajaba la mano de las tetas al culo. El taxista miraba por el espejo, morbosamente y nosotros lo mirábamos a él, en una actitud provocadora, el taxista un viejo como cincuentón en un ataque de decencia dijo:

 

-       No me vayan a ensuciar la cogineria, respeten

-       Pues hágale rápido, le dije yo.

 

Pronto estábamos en las afueras de la ciudad, el último semáforo lo pasamos con la mano de Abril en mi Verga y ella chupando mi índice derecho, tomando mi huella con la lengua, las encías, los dientes, las muelas y la tibia saliva.

Llegamos al sitio pedí una habitación, la que estuviese disponible, pues la urgencia culiadora era mucha. Entramos, a una habitación con una cama de madera con sabanas doradas y unas tollas en el centro  acomodadas en forma de corazón. Cerré la puerta, y le empecé a tocar la Vagina por encima del vestido, podía sentir la humedad propicia para que entrara hasta mi mano. 

 

-       Métame la Verga

-       ¿Pero antes los dedos no?

-       ¡Que me meta la Verga es que no entiende!

 

Le subí el vestido hasta la cintura, me baje los pantalones y salió mi Verga aprisionada con su particular desviación a la izquierda. Desde que recuerdo siempre tuvo esas tendencias comunistas, hasta el glande es rojo comunista, pobre de mí Verga, aunque para que ha gozado. Como toda revolucionaria entró encapuchada al interior caliente de la Vagina de abril, salía y entraba, como Pedro por su casa. Abril me tomó por las nalgas y me aprisionaba contra ella. Un gemido sutil salió de su boca, casi imperceptible, creo que eso fue un orgasmo.

 

-       Vamos a la cama, para eso pagamos, no para pichar de pie

-       Tiene razón

-       No me diga eso

-       Tomémonos un trago antes de seguir y pongamos música, porque eso a palo seco no aguante

 

Me quité la ropa completamente; Abril saco una memoria del bolso que traía y la conecto a una grabadora que estaba a los pies de la cama,  sobre un nochero. Ella aún con el vestido puesto, se inclino para conectar la memoria, Fue a la nevera y sacó una botella de Vodka, la destapó y bebió; sonaba AC/DC.

 

-       A mí de su trago me da en recipiente, no quiero beberme toda lo botella

 

Me sirvió el trago y lo bebí. Abril se quito el vestido y empezó a bailar desnuda sobre la cama, de pie y yo debajo de ella, contemplando ese espectáculo. “La desnudez de la mujer es la obra de Dios” decía el místico de Blake y yo lo estaba corroborando muy bien. Empezó a hacer un jueguito: Pasaba su pie por mi pecho hasta bajarlo a mi Verga. En una de esas subidas al pecho la tome por el pie y la jale

-Siéntese… Y en mi Verga

-Ya que insiste

 

Touch too Much. Y mi Lanza del Destino se introdujo, no en el costado de un Mártir, sino la Vagina de una Diosa de las altiplanicies del Olimpo. Abril empozó a brincar. Mi leche no pasteurizada no tardo mucho en llenar el látex con el líquido de la Vida.

 

-       Esto me va a doler mañana

-       Hasta las sensaciones más placenteros causan dolor en la Vida

-       ¿Y si  causamos el dolor?

-       ¿Para qué?

-       Para dar placer

-       Usted es un idealista

-       Prefiero que me diga romántico. Abril

-       No me llamo Abril, está noche me llamo Maya.

-       Maya entonces…

 

Nos quedamos dormidos. Yo me desperté primero y me quedé mirándole las tetas. Pero ningún pasamiento hondo pasó por mi cabeza, más que la sensación de mi Verga su acogedora Vagina. Me tomé un trago de Vodka que estaba servido, me hice la paja, boté la última gota de mi semen dentro de la copa. Me puse la ropa y antes de salir le dejé una nota:

 

Con cariño para Maya,

Una gota de mi Vida, bebe un poco,

 y consérvala en el gusto o si quieres también en el tacto.

 

 

Náusea Dvida